viernes, 9 de noviembre de 2018

Caballería castellana/ Castillian cavalry

Estas figuras quieren representar la caballería castellana de finales del siglo XII y principios del siglo XIII, más o menos, el tiempo de las grandes batallas de Alarcos y las Navas de Tolosa.










A continuación voy a explicar porqué se han elegido estas figuras en concreto para representar la caballería castellana del tiempo de Alfonso VIII,

En esa época, el armamento del jinete occidental europeo era el que comúnmente se ha dado en llamar de tipo normando. Esta denominación tiene su origen en el tapiz de Bayeux, que representa la invasión de Inglaterra por el duque de Normandía Guillermo y su confrontación con el rey sajón Harold en la batalla de Hastings.

Los caballeros normandos representados en el tapiz van armados, básicamente,  de casco, cota de malla, escudo de forma de almendra, lanza y espada. Este equipamiento, con pequeñas diferencias, fue el generalmente encontrado en toda la caballería europea occidental entre los siglos XI al XIII, hasta tal punto que como comentaba algún autor, el guerrero normando representado en el célebre tapiz no estaría fuera de lugar en un campo de batalla del año 1300, aunque otros caballeros lucieran otras piezas de equipamiento diferentes que habían aparecido durante el siglo XIII.

Comenzando con los cascos, había dos tipos básicamente: uno derivado de modelos altomedievales, que ya había aparecido a finales del imperio romano, en época de las invasiones bárbaras, y que se conoce como tipo Spangenhelm y que consiste en varias piezas de metal unidas y reforzadas con tiras y remaches.







Otro modelo que había aparecido recientemente era un yelmo de aspecto general parecido al anteriormente descrito, es decir, de forma cónica, pero que los avances metalúrgicos del momento habían conseguido hacer de una sola pieza, incluido el nasal que cubre la nariz.



En la última parte del siglo XII, los cascos evolucionan de tal manera que el nasal se ensancha para cubrir más parte de la cara, ofreciendo así más protección al jinete. En España parece ser que se encuentran algunos de los primeros tipos que aparecen en Europa de esos yelmos con careta y están  muy bien documentados en relieves como los del capitel de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa en Rebolledo de la Torre, Burgos, o en la Biblia de Ávila, custodiada en la Biblioteca Nacional de  Madrid.









Ese ensanchamiento de la pieza que cubría la nariz llega, a principios del siglo XIII a envolver la cara entera dando paso a los tipos de yelmo que cubren toda la cabeza. Son los llamados cascos de tipo tonel o cubo o el tipo que en España se llama yelmo de Zaragoza. Son algunos de los que podemos ver ya plenamente desarrollados en ilustraciones como en las Cantigas de Alfonso X. Pero eso sucederá en una época posterior a la que estoy comentando.

En lo que se refiere a la armadura, la cota de malla seguía siendo la armadura defensiva preferida de los caballeros de esa época, aunque se encuentran también ejemplos de cotas hechas de escamas o láminas de metal o de cuero. Estas cotas de malla contaban ya, en su versión más completa, de almófar, para cubrir la cabeza; mangas completas que cubrían el brazo hasta la mano, incluyendo manoplas; y bafroneras que cubrían las piernas.




En cuanto al armamento, la lanza era el arma principal del caballero. Pero en esta época se estaba produciendo una evolución en la utilización de la misma que permite tres formas básicas de utilizarla:
  1. Arrojándola como una jabalina
  2. Como un estoque, con el brazo levantado e intentando clavarla en el enemigo de arriba a abajo
  3. Utilizándola en conjunción con la fuerza que imprime la velocidad del caballo, sujeta bajo la axila para clavarla directamente en la armadura del enemigo
Según los expertos, en el momento que estamos considerando parece que las fuentes nos hablan de la convivencia de las tres técnicas. Pero aunque las dos primeras descritas nunca desaparecieron del todo puesto que son técnicas naturales o lógicas en el manejo de una lanza por un jinete, poco a poco fueron dando paso a la de la sujeción del asta bajo la axila, puesto que es la que resulta más potente para penetrar la armadura enemiga, y más cuando aparecieron las protecciones de placas metálicas más difíciles de perforar arrojando la lanza o intentando utilizarla como un estoque.

Pero en esta época de evolución las figuras escogidas resultan ideales puesto que tienen ejemplares con posturas de una y otra técnica.





A las lanzas se le han añadido además los pendoncillos de forma generalmente triangular que son muy característicos en la Edad Media española.

En cuanto a los escudos, se han utilizado  fundamentalmente los tipos de forma de almendra derivados de los modelos normandos que podemos ver en el Tapiz de Bayeux. Algunos aun mantienen los elementos primitivos como son el umbo central o el refuerzo metálico en el borde o la bloca radiada o escarbunclo, origen del escudo de Navarra (lo de las cadenas es una leyenda posterior a la batalla de las Navas). Otros son ya lisos. Y he incluido además un ejemplo, aunque en el futuro pienso añadir más, puramente castellano,  de un escudo de extraña forma cóncava, como si fuera un tejado a dos aguas, que parece difícil de construir técnicamente pero cuya forma aparece claramente representada en una capitel de la iglesia de San Julian y Santa Basilisa en Rebolledo de la Torre en la provincia de Burgos o en otro de la iglesia de la Aldehuela en la provincia de Segovia.















En lo que se refiere a la decoración de los escudos, pendones y algunos yelmos, se han utilizado ya emblemas heráldicos. La aparición de diseños heráldicos se ha datado para la península ibérica alrededor de la mitad del siglo XII. Pero en el tiempo al que nos estamos refiriendo se trata de un sistema de particiones y muebles heráldicos muy sencillos. La heráldica tiene entonces poco más de 50 años y aun se está implantando por lo que no hay todavía necesidad de composiciones más complejas ni de combinaciones de armerías como aparecerán en épocas posteriores.  

Las particiones del campo de la escudo son simples: en palo, en faja, en punta. Las piezas son también básicas: palos, faja, bandas, cotizas., roeles, bezantes. Y para los muebles y figuras hemos utilizado algunos de los más característicos en la heráldica castellana: el león, los lobos, las calderas, los astros, etc. Y todos ellos representados con líneas muy básicas, sin las florituras que alcanzó el arte de la decoración heráldica en siglos posteriores. por ello, las figuras de los leones y lobos resultan muy "naif", sobre todo si las comparamos con las formas en las que se representaban en los siglos XIV o XV.

En cuanto a los caballos se han representado sin gualdrapas o coberturas. Es difícil determinar cuando aparecieron estas protecciones para los equinos en Castilla y León, pero en las fuentes contemporáneas más cercanas, no aparecen antes de las Navas de Tolosa. En el sello de Alfonso VIII no aparecen, ni en las representaciones de Fernando II y Alfonso IX en la catedral de Santiago de Compostela. Preguntando directamente a Álvaro Soler del Campo, máxima autoridad en el campo del armamento medieval castellano -leonés, nos comentó que no podía asegurar que en la época referida hubieran aparecido ya las cubiertas para caballos con emblemas heráldicos en Castilla, aunque sí las coberturas de cota de malla, como aparece en un capitel de Santa María de Yermo en la provincia de Santander.

No parece que sea un tema en el que se pueda tener una opinión concluyente porque lo cierto es que en otros lugares de Europa sí habían aparecido ya las gualdrapas (dicen que traídas por los cruzados de Tierra Santa donde los musulmanes utilizaban coberturas de metal, de tela o de cuero para proteger sus monturas de las flechas). Pero como las fuentes castellanas más cercanas en el tiempo no las muestran, he preferido elegir caballos sin tapar para representar estos jinetes de época de Alarcos o las Navas.







3 comentarios:

  1. Me interesa muchísimo el período, así que agradezco enormemente el trabajo de documentación que hay detrás, me ha servido para aprender. El nivel de pintura es enorme, has logrado unas figuras muy vistosas y que lucen de maravilla. ¡Enhorabuena!

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  2. Muchas gracias Suber. He estado investigando muchos años en el tema y ya era hora de plasmar en las figuras mis conclusiones. Me alegra que te guste el resultado final.

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  3. Mis felicitaciones por un trabajo espectacular y una documentación exhaustiva.

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